lunes, 8 de febrero de 2016

Espejito, espejito. ...

Es curioso cómo lo físico puede afectar a lo psíquico y viceversa. Me encuentro "sólo" a 2 químios blancas de acabar mi tratamiento. Por un lado, con muchas ganas de acabar,  veo la meta, la veo cerquísima,  casi la toco con mi mano!!!!! Ésto me da mucha energía que a veces no sabes ni de dónde la sacas. Estás exhausta de tanto tratamiento, tanto veneno químico acaba pasando factura...y por otro lado,  cuanto menos me queda, cuando debería llevar mejor los efectos secundarios que no son comparables a mi odiada " roja", lo veo todo más negro, más lejano, cuesta arriba, qué me está pasando????
Creo que ésta vez , una vez más,  tiene la culpa de nuevo el coco. Y más concretamente la zona del cerebro donde pone "coquetería ", que en mi caso debe ocupar 3 plantas con sótano, terraza y helipuerto. Estar sin cejas ni pestañas jode. Jode mucho más que no tener pelo en la cabeza. Te levantas y eres un alien gris con ojeras, pero si tienes éstas 2 "cositas" a las que nunca hacemos caso, pareces hasta una persona. Si no eres pues éso, un alien, o directamente una "ENFERMA". Ni se te ocurra abrir la puerta de casa sin pasar por chapa o pintura o tu visita se puede quedar con cara de OMG.
Cuánto mejor te sientes físicamente, más pelo se cae, y acabas pareciendo lo que llevas meses evitando...pero ya queda menos.
Éste fin de semana estuve de viaje con mis padres y mi hija. Hubo momentos en los que salíamos las 2 solas a pasear y las caras de la gente, un poema. Me hacían recordar constantemente que estaba enferma...y me falta menos de un mes para acabar!! Pero intentemoslo tomar con positivismo...nada que un buen lápiz de cejas, muuuuucha paciencia y una buena ralla en el ojo, no puedo "casi" arreglar. Y ganas, muchas ganas de tirarte 15 min. delante del espejo cada mañana, jajaa

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